Y seguimos siendo pobres

Según los informes del Banco Mundial que indican que la pobreza en México bajó de una tasa de 24.2 a 17.6 por ciento en los últimos cuatro años en gran medida gracias al programa Oportunidades y con remesas del extranjero que han logrado paliar los efectos desbastadores de esta condición, hay que ser conscientes que esto no es suficiente y no hay nada que celebrar cuando 18 millones de personas viven en pobreza extrema.

La pobreza en México es una pesada carga social y financiera que impide un desarrollo sostenible, diversos analistas concuerdan que hay varias razones por las que los pobres no pueden salir adelante pero las más rescatables son:

  1. Porque no pueden trabajar por su cuenta. No tienen los medios materiales para hacerlo, no hay tierra, no hay agua, no hay herramientas, no hay máquinas.
  2. Porque no tienen empleo. No hay quien les proporcione esos medios de producción antes mencionados.

Ante este contexto hay algunas estrategias barajándose en diversos sectores para abatir este problema tales como:

  • la promoción de empleos de calidad, con inversiones y salarios dignos,
  • un crecimiento sostenido de 8% durante los próximos 10 años,
  • eliminar gradualmente los empleos informales que predominan en la actualidad,
  • erradicar la nociva creencia popular de que alguna manera el ser pobre es algo noble, decente y espiritual.

Aunado a esto debemos contemplar la burocracia gubernamental, los excesivos trámites que tienen que cubrir los empresarios para echar a andar un negocio y los monopolios que aún operan en México que son un fuerte obstáculo para el desarrollo económico.

Como dato duro México se ubica en el lugar 73 de 155 economías en la escala de facilidad para hacer negocios, “muy por debajo de otros mercados emergentes”, por ejemplo, Tailandia se ubica en el lugar 20, Chile en el 24, Sudáfrica en el 28 y Colombia en el 66.

Recuerden que si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos.

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