El negocio de la televisión en México es quizá uno de los más concentrados del planeta, alrededor del 70 por ciento lo tiene una sola empresa, Televisa, mientras que TV Azteca registra una cifra del 30 por ciento, los sobrantes quedan en canales independientes.
En naciones con una televisión de orientación comercial, la legislación limita los monopolios. En Estados Unidos, por citar un caso, las cadenas no pueden ser propietarias de más de un canal por ciudad. En nuestro país Televisa tiene cuatro canales tan solo en la ciudad de México.
A los consumidores nos conviene no sólo que haya más cadenas, pero es casi seguro que no vendrán a través de concesiones de televisión abierta. La concentración es principalmente de un sistema que le daba al Presidente de la República la facultad de entregar canales no sólo a quien quería, sino además de forma gratuita.
Actualmente no hay suficientes canales de VHF para construir cadenas competitivas y es difícil pensar que alguien pudiera, por ejemplo, quitar cadenas a Televisa.
El cambio tendrá que venir con la mano de la tecnología, ya sea la televisión por cable y por satélite, la que se distribuya por vía telefónica y, la que surja de Internet, tendrán que permitir la construcción de diversas cadenas.
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